domingo, 10 de mayo de 2020

Entre cuatro paredes

El día es gris y triste, pero yo lo siento azul y alegre.

De esos días que el mero hecho de salir a la terraza es un disparate. Para mí no es ninguno.

Escribiendo unas pocas lineas y leyendo algunas más, veo que la gente decide confinarse del todo.
Me acuerdo del día en el que los jueves mi preocupación era salir rápido del curro que tocaba "poteo" con amigos.

Dos días más tarde, echábamos el pestillo.

Día sí y día también, durante semanas, el alivio han sido las terrazas. El lugar donde las miradas se cruzaban, donde nos apoyábamos el uno al otro y donde el pecado era compartido.
Terrazas como oficinas puntuales,
como zonas de quedadas y de "poteos"
y como no, zona de "Vitamina D".

Un mes para darme cuenta que no sabia lo que era mi casa.
Libros que ni imaginaba,
recuerdos que ni percataba,
pero sobre todo personas con las que apenas convivía.

Qué bonito convivir. Qué bonito compartir.

Horas en la calle intentando disfrutarlas en casa.
Cambiando horas con amigos por horas con familia.
Y qué gente tan bonita e interesante.

Hoy día gris y triste, pero lo siento azul y alegre.

Por que poco a poco,
volvemos a ser.

Porque como sequía para las flores,  poco aire y cuatro paredes.
Como agua para las flores, este descanso para nuestros alrededores.

 Como dice mi abuela; "todo pasa por algo, pero lo que no pasa también es por algo".

Y por qué no, una más.
Porque como domingos para las perezas, las horas que tenemos fuera de nuestras quejas.