Sin dejar que nos pisen, que nos coman.
Luchando.
Luchando por lo que queremos, por lo que amamos,
dejando a un lado lo que nos obsesiona o lo que nos hace mal.
Peleando por lo que merece la pena, por lo que te la quita,
dejando a un lado lo que te la da.
Nunca dejándonos guiar o dictar.
Manteniendo la mirada hacia las nubes, la cabeza bien alta,
comiéndonos la vida desde cada primer instante hasta el último.
Con ilusión, ganas y la sonrisa que no falte. Que la vida nos la devolverá.
Y sino, tiempo al tiempo.