Pienso en momentos, en miradas y en cosas tan simples pero a la vez tan importantes.
Podría hacerlo mas simple, mucho mas fácil, y sin complicarme la verdad. Pero realmente no quiero.
Llega un momento en que te encuentras, después de buscarte, de susurrarte, y gritarte, llega el momento de encontrarte, pensar en ti mismo y reír a carcajadas.
Aquellos momentos, difíciles, significativos, importantes, gracias. Gracias por demostrarme, enseñarme, y mostrarme lo que realmente quiero, lo que realmente deseo y lo que realmente busco.
Desde este momento, desde el momento en que llegas a lo mas bajo, a lo mas hondo y más oscuro. Desde ese momento te das cuenta en lo que te has convertido, en lo que eres, y realmente quieres. Y es que gracias a momentos tan difíciles, gracias a momentos insoportables, y días de reflexión, llegas a un punto que es increíble.
Es aquel punto que te demuestras lo que vales, lo que realmente eres, y lo que realmente has sido en esa etapa tan desagradable. Llega el punto que te niegas a detenerte mas. Llega el punto que no te merece la pena pensar más, no te merece la pena hablar más. Lo único que te merece la pena es sonreír, pasar grandes momentos, y disfrutar de cada uno de ellos. Merece la pena conocer nuevas cosas, amar nuevas cosas, y cantarle a esta nueva vida.
Llegas a la conclusión de que si no ríes ahora, llegara el momento que te des cuenta que es tiempo perdido, tiempo perdido por aquello que ya terminó, tiempo perdido por aquello que no merece la pena, que no te hace feliz, y realmente no te merece perder energía, palabras y tiempo en solucionarlo.
Llega el momento de sonreír, de disfrutar, y de buscarle las cosas buenas una y cada una de ella que la vida nos da, porque si tenemos mil razones para llorar, tenemos mil y una para reír. Si tenemos mil personas que nos odian, tenemos mil y una que nos aman. Y que si la vida te da mil etapas para pelear, sufrir y aprender, tarde o temprano te dará mil y una para disfrutar.
Por ello y por cada cosa, persona, o momento, que no te aporta, no te hace feliz, y que no te hace sentirte imprescindible en esta vida, por ellos levantamos la cabeza. Enseñamos nuestra mejor faceta, y les demostramos que gracias a ellos somos mejores. Que gracias a ellos y sin ellos somos mas felices, y que la vida sigue siendo igual y mas chula que cuando compartíamos y pretendíamos hacerlas felices, o pretendíamos hacer aquel momento inmejorable.
Por que sin ellos pero gracias a ellos, alcanzar la cima será mas fácil y mas gratificante de lo que era antes.